Dña. Jacinta y Sinforosa. La mujer en el s. XIX
CONTENIDO: Dª Jacinta Martínez Sicilia y Santa Cruz, esposa del General Espartero, Duquesa de la Victoria y Princesa de la Paz, y su criada Sinforosa Rueda nos sirven como referentes en ambos extremos del abanico social del S. XIX para conocer a aquellas que nos precedieron en la consideración actual de la mujer.
Y lo hacen a través de su imagen y su aspecto. A través de la indumentaria que usaban en el día a día y en las circunstancias más especiales.LUGAR: Museo de La Rioja, Logroño.
FECHA: 9 de julio al 13 de septiembre de 2015.
Hasta finales del S. XIX el destino de la mujer en la sociedad era el matrimonio y la maternidad. Su labor era el cuidado de la casa y la educación de los hijos, aunque desde la intimidad del hogar podía influir en la hacienda familiar y actividades públicas del padre de familia. Y en el ámbito rural, ayudaban a padres o maridos en las labores agrícolas y ganaderas. Sólo las que tenían verdadera necesidad económica salían a buscar un trabajo remunerado, que salvo en algunos casos de actividad agrícola –la siega sobre todo-, se reducía al servicio doméstico, incluyendo en él a las nodrizas.
Dª Jacinta Martínez Sicilia y Santa Cruz, esposa del General Espartero, Duquesa de la Victoria y Princesa de la Paz, y su criada Sinforosa Rueda nos sirven como referentes en ambos extremos del abanico social para conocer a aquellas mujeres que nos precedieron en la consideración actual de la mujer. Y para hacerlo a través de su imagen y su aspecto. A través de la indumentaria que usaban en el día a día y en las circunstancias más especiales. Porque la moda no es sólo la forma pasajera de presentarnos ante los demás, sino que es sobre todo la forma de mostrar un estatus, una posición, respaldada por los bienes que podemos adquirir según nuestras posibilidades. Es también una muestra de la industria y el comercio al que tenían acceso, por las características de los tejidos o el origen de los mismos. Y es también un espejo de la actividad de su portadora, deducible de la dificultad, o no, para llevar determinadas prendas y moverse con ellas, e incluso de la necesidad de contar con ayuda para vestirlas.
Eso lo presentamos en esta Exposición a través de la colección de Mª Jesús Romero que nos permite comprobar estos extremos, la calidad que podían alcanzar determinados trajes y la diferencia que marcaban con aquella indumentaria absolutamente utilitaria de quienes tenían que desarrollar un actividad laboral.
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