Edad Media

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Introducción
Las últimas campañas en Contrebia Leukade y las prospecciones sistemáticas están sacando a la luz las formas de vida de época visigoda y de la conquista islámica. A partir del S. XI la debilidad de Al Andalus propicia un avance significativo de la Reconquista y los reinos cristianos necesitan cohesionar los nuevos territorios con comunicaciones rápidas y leyes para todas estas gentes y a las que entraban atraídas por el fenómeno de la peregrinación a Santiago. En 1095 Alfonso VI concedió el fuero a Logroño, que se extendió a muchas de las poblaciones de Alava y Guipúzcoa, y a todas las de Vizcaya. Estos cuerpos jurídicos fueron el origen de la vida urbana y del desarrollo de las ciudades en la Edad Media.
Para saber más…

Hasta hace pocos años el conocimiento que teníamos en La Rioja de los primeros siglos medievales, es decir desde la constitución de la monarquía visigoda y su posterior hundimiento, de la conquista islámica y de la presencia de los mozárabes, era escaso y basado sobre todo en las fuentes escritas. Y eso a pesar de que es la época en que vivió San Millán de la Cogolla.  Pero las últimas campañas en Contrebia Leucade y las prospecciones sistemáticas están sacando a la luz las formas de vida de estas gentes que los distintos cambios políticos y religiosos impusieron en su cultura.

Pero a partir del siglo X, con la reconquista por astur-leoneses y navarros de lo que hoy La Rioja Alta y el traslado de la corte de Pamplona a Nájera, conocemos mucho mejor los acontecimientos sucedidos y la consolidación de los reinos cristianos, a través de una política matrimonial que garantiza las alianzas, una actividad constructiva que permite la rápida comunicación entre unos y otros, y una unificación de leyes que asegura la convivencia.

Como consecuencia de la política matrimonial, La Rioja y las tierras al sur del Ebro quedan incorporadas al reino de Castilla. Alfonso VI había conquistado Toledo en 1085 y llevado la frontera al Tajo, y por el Norte había un movimiento de gentes atraídos por el fenómeno de la peregrinación a Compostela desde el S. IX. De modo que urgía una modernización basada en la rapidez de comunicación interna y con el resto de Europa y la seguridad jurídica para la población.

Para ello los reyes construyeron caminos, puentes, hospederías y hospitales que dieran cobijo a los peregrinos. Y estas construcciones se hicieron con un estilo nuevo, el Románico, el primer estilo medieval de Europa, ejecutado por maestros y cuadrillas itinerantes, que trabajaban allí donde les llamaran, e iban trayendo y llevando influencias de un lado a otro del Camino. Entre los primeros monasterios están los de S. Millán, S. Martín de Albelda y Santa María la Real de Nájera, aunque de este primer románico poco queda en La Rioja y los ejemplos más antiguos conservados son la primera época de la catedral de Sto. Domingo y el conjunto de iglesias rurales que llenan La Rioja Alta y dejaron algunos ejemplos en la Baja.

Pero por el Camino de Santiago también llegaron gentes con intención de quedarse, dedicadas al comercio y a la actividad artesanal, que recibieron el nombre genérico de francos. Estas gentes eran bien recibidas como instrumentos dinamizadores de la vida urbana pero su diversidad de origen hizo necesario dar a las ciudades fueros, es decir, cuerpos jurídicos que unificaran usos y costumbres, y con el tiempo un mismo fuero se fue concediendo a distintas poblaciones con el deseo de unificar el marco legal. En 1095 Alfonso VI concedió el fuero a Logroño y su texto se extendió a gran número de poblaciones de La Rioja y Alava, a la mayoría de las guipuzcoanas y a todas las vizcaínas.

Los fueros son la base de la vida urbana que se desarrolla a partir del S. XIII como algo distinto de la vida rural, reforzada con el comercio de mercados semanales y ferias anuales. Las villas se sienten seguras y comienzan a impulsar un urbanismo determinado de calles porticadas y plazas para la actividad de tiendas y talleres, protegidas por una muralla que también servía de refugio a las aldeas circundantes.

Esta nueva sociedad tiene que afrontar construcciones nuevas y muestras de su nuevo estatus, y para ello emplea un lenguaje nuevo, el Gótico, que las distingue de las generaciones anteriores y se convierte en el estilo de las ciudades, costeado por los habitantes, los gremios o los concejos.

De esta época son todas las poblaciones que han llegado a nuestros días. Se construyen las murallas de Briones, Haro, Cervera, Calahorra y Santo Domingo, y castillos vinculados a los nuevos señores, como Agoncillo, Leiva, Cuzcurrita y Sajazarra. También palacios o casas urbanas, y el callejero de Logroño es ejemplo de la organización urbana con nombres de calles como Carnicerías, Herrerías, Mercaderes, Plaza del Mercado

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